Esta es la historia de Chester. De pequeño siempre le contaban que en el otro mundo, muchisimo mas grande que el suyo, los de su especie cuando eran adultos, los transportaban en unas naves muy extrañas para el. Eran cuadradas y su capacidad era de 20 sujetos, ¡parecian sardinas en lata! El objetivo de este viaje era simplemente el llegar a ese mundo para ser sacrificados por aquellos seres superiores. Aunque os pueda parecer inhumano, para esta especie era su unico objetivo en la vida y todos ansiaban cumplir su proposito, y Chester no se quedaba atras.
Se despertaba cada mañana con una sonrisa en su cara, soñando que algun dia el viajaria en esas naves tan extrañas. Hasta aquel trajico dia, en el que recibio la terrible noticia de que en ese mundo superior estaban empezando a prohibir aquellos sacrificios, al principio en algunos lugares explicitos, pero con el tiempo se iban prohibiendo en mas territorios de aquel mundo. Chester no lo podia creer. Y a raiz de esto, cogio una depresion bastante grande, hasta el punto en que una mañana de aquellos fantasticos dias en el que el se despertaba con esa sonrisa llena de inocencia decidio, inspirado por su demencia, coger el viejo cuchillo de su padre y suicidarse.
Asi acabo su magnifica vida, llena de ilusion y felicidad dia tras dia. Todos en su aldea, la aldea de Field, se entristecieron por la tragedia y a dia de hoy todavia lloran su muerte. Su familia movio cielo y tierra y sin muchos problemas, ya que la aldea se solidarizo con ellos, decidieron ponerle a aquellas extrañas naves el nombre del muchacho para que de cierta manera pudiese cumplir su suelo en la otra vida, seguido claro esta, del reglamentario nombre de la aldea a la que pertenecia la nave, por temas de nacionalidad simplemente.
Chester, de la aldea de Field, era un cigarro.
